En el árbol muerto
plasmó con tinta
eterna su espíritu.
El tronco pulido
dejará entrever,
tras el viaje
junto a Caronte,
aquello que los labios
ya no podrán contar.
Mas, ¡cuidado!,
pues el alma pura
revelará versos
que la razón no entiende.
Con cariño Isabel Cañada.